THE RING y el renacer de la tecnofobia

Hasta el remake de THE RING en 2002 de Gore Verbinski, el J-Horror, o cine de terror japonés, no había llegado con fuerza a occidente, pero a partir de entonces todo cambió.


Ese mismo año llegaron también el primer remake japonés de JU-ON ("La Maldición") de Takashi Shimizu y DARK WATER de Hideo Nakata. Ambas películas verían sus remakes estadounidenses en 2004 y 2005 respectivamente, cuando el J-Horror ya se había asentado con firmeza en las carteleras de todo el mundo. En Japón ya era un género importante desde mediados de los 90 pero no es hasta principios de los 2000 cuando las grandes productoras de Hollywood consiguen explotar su potencial. Sin embargo, no es de estas películas de las que quiero hablar, sino de un subgénero parcialmente pionero que empezó a llegar poco a poco con esta ola.

En 2001 Kiyoshi Kurosawa estrena KAIRO (titulada "Pulse" en EEUU), cuyo remake estadounidense se estrena en 2006 con un guión de Wes Craven. En 2003 Takashi Miike estrena la titulada en España LLAMADA PERDIDA, cuyo remake se retrasaría hasta el 2008. En 2005 Sion Sono estrena la titulada en España LA MESA DE CENA DE NORIKO.

En PULSE fantasmas llegan a nuestro mundo a través de Internet. La película tuvo dos secuelas más después de que se estrenase su remake. En LLAMADA PERDIDA un mensaje mortal es transmitido a través de teléfonos móviles. La película tuvo dos secuelas más y una serie de televisión anteriores a su remake. En LA MESA DE CENA DE NORIKO la adolescente del título encuentra un club del suicidio a través de una red social. THE RING se estrenó por primera vez en 1995 basada en una novela publicada en 1991, pero su éxito internacional comenzó cuando Hideo Nakata la readaptó en 1998. En esta adaptación una cinta de vídeo transmite una maldición que hace que mueras siete días después de verla. Cintas de vídeo, Internet, teléfonos móviles, redes sociales... El cine veía a las nuevas tecnologías como una oportunidad para contar historias de terror, y todo comenzó con THE RING.


Algunos de los elementos más interesantes de la versión de Nakata de THE RING son sus diferencias con la novela original. La lista es enorme, como es habitual, pero hay una diferencia quizás involuntaria que es crucial para entender la evolución de este subgénero de terror tecnológico. En la novela no es la cinta de vídeo per se la que transmite la maldición, sino la mutación de un virus de la viruela combinado con la ira acumulada y los poderes psíquicos de Sadako que acaba en esa cinta de vídeo. Esa es la razón por la que el virus se transmite de unos a otros cuando la cinta es vista por una nueva persona. En la película, sin embargo, no se hace mención ni al virus de la viruela ni a la razón por la que ocurre esta mutación, algo que en la novela queda claramente establecido. En la película es la propia cinta de vídeo la encargada de transmitir la maldición. El objeto es el mensaje y no el mensajero. La cinta, de alguna manera, es la culpable, y no el virus.

Otra diferencia es la manera en la que la persona que ha visto el vídeo muere pasados los siete días. En la novela esa persona muere de un ataque al corazón pasada la semana esté donde esté. En la película, en cambio, la persona ha de estar cerca de un televisor. Sadako, o Samara en la versión estadounidense, aparece en la televisión o sale de ella y mata a la persona.

Una última diferencia es la manera en la que la persona que ve el vídeo sabe que va a morir pasados los siete días. En la novela aparece un mensaje al final del vídeo que te informa de ello. En la película, en cambio, la persona recibe una llamada de teléfono.

Ni en la versión de Nakata de 1998, ni en su remake, ni en las dos secuelas que siguieron a este remake se deja claro qué pasaría si la persona no respondiese al teléfono después de ver el vídeo o si no estuviese cerca de un televisor a la hora de su muerte. A finales de los 90 y principios de los 2000 este era el verdadero terror. Aunque la salvación hubiera recaído en no estar cerca de un televisor durante la hora en la que tu muerte estaba programada, tu destino seguía sellado porque se daba por imposible que esa situación pudiera llegar a darse. La historia tenía lugar en una sociedad en la que no podías escapar de un virus transmitido a través de las pantallas de televisión porque era imposible huir de la televisión. Tampoco se sabe qué pasaría si no escuchases las instrucciones transmitidas a través de una llamada de teléfono porque ya no solo es imposible estar lejos de un teléfono sino ignorarlo. Además, la única prueba fehaciente de lo que acababa de ocurrir era salir borroso en una fotografía, algo que también era inevitable comprobar.


THE RING ponía así sobre la mesa en 1998 todos los elementos que iban a formar parte del universo J-Horror que estaba por llegar al resto del mundo. Toda esta lluvia de películas exitosas crearon además la alfombra del nuevo terror tecnológico en Hollywood: PARANORMAL ACTIVITY en 2007, CHAIN LETTER en 2010, UNFRIENDED en 2014, BEDEVILED en 2016... Y por supuesto BLACK MIRROR.

Ni qué decir tiene que nada de esto sería posible si varias décadas antes creadores como David Cronenberg Stephen King no hubieran experimentado con todo tipo de temática relacionada con la tecnología y el terror. O si pequeñas joyas como THE VIDEO DEAD en 1987 no hubieran dejado claro que había potencial en la temática. Pero siempre recordaré a THE RING, y sobre todo a su remake, como el comienzo de algo que cada vez siento más presente.